viernes, 26 de junio de 2009

Publicado por LAS PROVINCIAS

Publicado por Las Provincias el 7/04/08. Autor Toni Lastra
En mayo de 1985 surgía por Levante un nuevo club. También a los Poblados Marítimos, a sus playas, muelles y malecones comenzaron a llegar los conversos del aerobismo. La pasión por la carrera diaria ya no era sólo cosa de Correcaminos: por los cuatro puntos cardinales aparecían clubes a imagen y semejanza del club pionero, grupos dispersos que se fueron uniendo y formaron por decantación los primeros clubes rivales del de la ciudad. La S. D. Poblats Marítims, con aromas de brea y sales, anunciaba que había otra alternativa.Bautizado con nombre marinero por Ramón Mendoza, Luis Muñoz Estruch, Urbano Tiburcio, Pepe Pérez, Domingo Mengual, Miguel Galindo, Ernesto Blat, pronto alcanzó gran notoriedad y creció en adeptos. A ellos se uniría un personaje singular, con madera de líder, un nadador admirador de Mark Spitz, considerado clave en la evolución de la S. D. Poblats Marítims: Antonio Garzando Canela.Y como todo club que se precie, sus componentes sabían que tenían que ofrecer a la familia corredora su propia carrera y, tras tentativas fallidas con las carreras de la noche de San Juan, dieron en el clavo con la creación de una carrera que se convirtió en el blasón del club. Nació el Pas Ras al Port, de nombre sonoro, inscripción gratuita y buena organización, que se corre en otoño bajo los tinglados y desde su principio alberga multitudes y añade el aliciente de carreras previas de divisiones menores. Los acertados creadores de la misma fueron José Luis Yago, Antonio Garzando y Carlos Viñedo, y la carrera alcanzó su punto álgido. Pero el destino no iba a ser propicio; erradicado su paso por el puerto como al propio maratón por vetos impuestos por la celebración de eventos deportivos de transcendental importancia para la ciudad, acabó perdiendo su identidad. "¿Pas Ras al Port? ¿A que port?", se queja en voz alta Garzando.Comentaba en animado diálogo de éste y otros quebrantos el mal camino que lleva nuestro querido Levante. No ens volen, Garzando. Pero seguiremos fieles a estos colores adonde quiera que nos lleven los dardos de la adversa fortuna. Y de nuevo sale el tema de la falta de relevos, que eviten la gerontocracia en los clubes de carreras populares: "Hoy la juventud en la que pusimos tantas esperanzas lo que quiere es correr y que organicen otros".Lleva a Poblats Marítims en el alma y se ilumina al hablar de Domingo y sus veintiocho maratones, recuerda a José Luis Chisbert y su marca de 2 h 36' y la labor de las mujeres del club, y afirma con convencimiento que Miguel Pellicer fue el gran profeta de la carrera popular en Valencia.

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